viernes, 24 de agosto de 2012

¡Qué tiempos aquellos tan felices!


Sí, de verdad, ¡qué tiempos aquellos! Nosotras haciendo labores, aprendiendo a ser sumisas, a atender a nuestros futuros mariditos como dios manda, a saber poner una mesa de manera decente, a obedecer a los hombres sin rechistar. ¡Aquello era una escuela modelo, no las de ahora!
Yo quiero que vuelvan las escuelas separadas, que el Gobierno las subvencione a ver si de esa manera acabamos con tanta desfachatez por parte de las mujeres, que es que se han puesto a ser independientes y eso no puede ser.
¡Abajo la educación para la ciudadanía! ¡Vivan los colegios con separación de sexos!
¡Ostras, que susto, pensaba que estábamos en el siglo XXI! Por suerte hemos vuelto a la época franquista, que, por supuesto, era mucho mejor que esta mamarrachada de democracia que tenemos ahora.
¡WERT DIMISIÓN!

martes, 14 de agosto de 2012

SANGRE, SUDOR Y LÁGRIMAS


          Quizás me ha salido un poco exagerdado el título, por lo de la sangre, pero eso es lo que les ha costado a los miles de deportistas olímpicos llegar a Londres. El mero hecho de estar allí ya fue un triunfo, sobre todo para esas mujeres que tenían el honor de abrir por primera vez, en representación de su país, la participación femenina en unos juegos. La cuestión no es menor, dado que hemos esperado 116 años para tal acontecimiento.
Ha habido un ruido menor en las redes sociales sobre si en momentos de crisis deberían de celebrarse unos Juegos Olímpicos. Es posible que algunos de los arguemntos tuvieran su base de razón, pero creo que suspender el mayor acontecimiento deportivo del mundo habría sido un gran error. Muchos de los que han participado nunca tendrían una nueva oportunidad para hacerlo.
Hay algo remarcable en este evento, los números han seguido el camino del equilibrio que debe seguir buscándose, me refiero a la participación de mujeres, así, 6040 participantes fueron hombres y 4823 mujeres. De las 204 delegaciones,  83 mujeres fueron las que  portaron la bandera, incluida la catarí en la que ellas participaban por primera vez.
Y, cómo no, debemos hablar de la participación española y sus resultados, sobradamente conocidos, pero importantes de recordar. Nuestras mujeres obtuvieron el 65% de los metales, toda una proeza en comparación con los números anteriores.
Agradezco a los 10.863, aunque no los viera a todos, por supuesto, los grandes momentos que me han hecho pasar, algunos de ellos agotadores, aunque los viera desde el sofá de casa.
Poco a poco volveremos a la normalidad, al trabajo, los que lo tengan, a la lucha por mantener los servicios públicos de calidad y por qué no, a lasganas de seguir soñando.