Estamos en caída
libre del estado del bienestar, del sentido del equilibrio presupuestario y de
la razón no discriminatoria.
Se nos hace cada
vez más penoso escuchar las noticias de los diferentes informativos y leer los
periódicos por la cantidad de despropósitos a los que parece nos estamos
acostumbrando.
Veamos algunos
ejemplos:
- Una chica con 8’74 en selectividad no
tiene derecho a beca porque no la disfrutó durante el curso anterior.
- En Castilla-La Mancha han suprimido
las becas-comedor.
- Se calcula que tenemos un millón de
personas trabajando en empleos sumergidos.
- Un chico con discapacidad del 80 %,
que no afecta a su capacidad intelectual, que estudia para ser intérprete,
suspende porque una profesora no entiende su letra (es bueno recordar que
los intérpretes no necesitan que su letra se les entienda). Ese suspenso
le impide disfrutar de una beca que tenía y le iba a permitir comprar un
aparato que posibilitara la escritura ¿No debería tratarse a este tipo de
estudiantes con unos baremos diferentes?
- En Madrid la policía local desmonta
unas paradas de libros en los que las personas allí reunidas ofrecían
bolsa de libros a los que no podían permitirse el pagarlos nuevos.
- Unos niños de primaria tienen que
desplazarse siete Kilómetros andando al colegio porque nadie les paga el
autobús.
- Las pruebas que ponga el Ministerio
de Educación serán corregidas por profesores de la privada, excluyendo a
los de la enseñanza pública.
- Científicos de probada experiencia se
ven obligados a marchar al extranjero porque el recorte en investigación y
desarrollo ha sido tan brutal que no hay para pagarles los sueldos.
Con estos y otros
muchos ejemplos, está trufado nuestro país. Los estragos que de ello se derivan
y derivarán tardaremos décadas en poder subsanarlos, porque está demostrado que
los países que más invierten en educación y en investigación son los que mejor
economía tienen. Así obramos, así nos encontraremos.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS