El PP y CiU han llegado en Catalunya a acuerdos de gobierno en diferentes
municipios en lo que se ha dado en llamar pactos por la estabilidad. Dichos
acuerdos tienen toda la legitimidad que les otorga la ley y el electorado que
los votó, en ese sentido no tenemos nada que objetar, pero reconozcamos que son
acuerdos que chirrían.
¿Cómo es posible que sellen pactos un partido que dice defender la nación
catalana con otro que arremete contra la inmersión lingüística en los colegios?
Mis entendederas no dan para comprender que tras treinta años de probada
eficacia en el sistema escolar, el PP plantee que la lengua vehicular de los alumnos
catalanes debe ser el castellano. ¿Acaso no saben los señores y señoras de este
partido que los resultados académicos en castellano son mejores que los del
catalán? ¿No saben que si hay una lengua en franca desventaja es el catalán?
Sólo por esta razón ya es difícil comprender que se hagan pactos en
nombre de la estabilidad, siempre buena para gobernar, sin tener en cuenta lo
que hasta ahora se llamaba ideología. Si en nombre de la gobernabilidad somos capaces
de tirar los principios por la borda ¿Qué nos queda?
Puede que seamos unos trasnochados y que al final la derecha vaya a tener
razón, la ideología no existe ¡Viva la estabilidad!
Escrito para La voz de Castelldefels