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domingo, 17 de noviembre de 2019

HEMOS ACABADO LA ETAPA DE 1978, INICIAMOS NUEVO CAMINO

El martes doce de noviembre se rubricó el acuerdo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, es decir, entre el PSOE y Unidas Podemos.
A estas alturas del partido se habrá dicho de todo al respecto, así que no aspiramos a descubrir la sopa de ajo. 
Que se haya producido el acuerdo de manera tan veloz indica que durante la campaña electoral debieron existir contactos, si no es bastante imposible que el a cuerdo llegara de manera tan veloz. Ahora bien, es indudable que el ascenso de VOX, eso creemos, hizo aumentar la velocidad de crucero de la firma que propicia el gobierno de coalición.
Los que somos progresistas estamos de acuerdo con el pacto sellado, unos con sus más y otros con sus menos. Y críticas a un lado, solo queda esperar que se unan de una manera o de otra los que tienen que hacer posible ese gobierno.
Sí, podían haber llegado a un acuerdo antes, pero no lo hicieron. Fuera culpable Sánchez o lo fuera iglesias el caso es que las conversaciones no llegaron a buen puerto.
Sí, que si otras elecciones, que si el gasto electoral, etc. Lamentarnos no sirve de nada, ahora hay que mirar al futuro.
Lo cierto es que en la historia reciente de nuestro país, desde que se aprobara la constitución de 1978, se da una nueva situación que algunos agoreros ya tildan de corta y otros, los más optimistas, confiamos en que llegue a buen puerto dentro de cuatro años. Se acabó una etapa y empezamos nueva singladura.
En ella hay que acometer muchos problemas de Estado y uno de concepción democrática: establecer en serio un cinturón que cortocircuite la existencia de la extrema derecha. Que acabe de una vez por todas el blanqueo  que PP y Ciudadanos han hecho de VOX. Esperemos que se legisle también para que la exaltación de los valores fascistas no tenga cabida en nuestro país.
Y por lo que respecta a Cataluña, una cosa queda clara: todo pasará por el tamiz democrático.
Iniciamos nuevo camino.

domingo, 10 de junio de 2018

UNA SENDA LLENA DE DIFICULTADES, PERO ESPERANZADORA

foto de África Lorente
La Constitución, que deberíamos empezar a consensuar hacia cambios que muchos encontramos lógicos, es la que ha permitido la situación actual en la que se encuentra el gobierno de la nación.
Que nos gobernara un partido que sale de sede judicial señalado como corrupto, nos convertía a todos en rehenes de un presidente y un partido que sin duda debe de tener entre sus filas a muchísima gente honrada, pero que necesita una total regeneración. La regeneración vendrá cuando desaparezca de entre sus cuadros todo aquel o aquella que sea sospechoso de contar con mácula en su expediente personal.
Del proceso democrático y ajustado a la constitución ha salido un nuevo presidente y un equipo de gobierno que genera, en términos generales, la confianza de buena parte de los ciudadanos, sin olvidar que ese gobierno cuenta tan solo con 84 dipiutados de los 350 que componen la cámara. El investido nuevo presidente, Pedro Sánchez, ese hombre al que en un artículo en este medio definí como el “El vivo más veces enterrado” hace de esto más de dos años, ha cogido el “maillot” amarillo, como decía en EL PAÍS Teodoro León Gross y “si no le dejan gobernar, irá a elecciones con viento de cola; y si le dejan gobernar un tiempo, irá a elecciones con viento de cola”. Como el propio León indica, el viento de cola es aquel que permite a los ciclistas pedalear con más empuje.
La senda está llena de dificultades, pero la esperanza de que nuestro país tome un nuevo rumbo que nos vuelva a dotar de prestigio democrático y limpio, que calmemos los ánimos en Catalunya y que se ejerza el diálogo.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

miércoles, 3 de febrero de 2016

EL VIVO MÁS VECES ENTERRADO

Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Foto África Lorente
Hace un poco más de dos años me llamó la atención una persona que entrevistaba la periodista Àngels Barceló. No lo conocía de nada, pero los mensajes que lanzaba el entrevistado me sonaron bien. Explicó entonces que iba de un lado para otro de España, con su vehículo, dando a conocer un proyecto que creía renovador. Unos meses más adelante, aquella misma persona, empezó a ser conocida como uno de los candidatos a secretario general del PSOE, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
Contra todo pronóstico, porque sus otros dos contrincantes eran más conocidos que él, sobre todo Madina, el que muchos daban por muerto ganó las primarias en doce comunidades autónomas y con el 49% de los votos,  convirtiéndose en secretario general.
En las pasadas elecciones generales las encuestas auguraban al PSOE, con Pedro Sánchez como candidato, un tercer o cuarto lugar en los resultados, de nuevo se daba por muerto al personaje. Si bien es cierto que sacó los peores resultados de la historia, logró colocar a su partido en la segunda posición, muy lejos de los malos augurios.
Seguimos: su partido organizaba un comité federal en el que se esperaba que Sánchez fuera desautorizado a establecer algún tipo de pacto con alguna determinada formación, lo que de entrada, si era elegido como candidato a ocupar la Moncloa por el Rey Felipe VI, lo dejaba si no muerto, agonizante. Ese veto no se produjo.
Ahora, cuando escribimos el artículo, y con el riesgo que supone hacerlo sin saber el resultado de las negociaciones que empieza el ya designado candidato a Presidente del Gobierno, algunos ya le han augurado el funeral.
Cómo saldrá o cómo ha salido de este último embate, no sabemos, pero hay que reconocerle al personaje la capacidad de sobrevivir ante tanto augurio de muerte, resista o no este último.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS