La victoria de Donald Trump ha causado estupor entre muchas
personas, incluidos algunos norteamericanos que salieron a manifestarse al día
siguiente de las elecciones (debieron de salir a la calle mucho antes si tanto
les preocupaba la posible victoria de Trump). ¿Es un demérito de Hillary
Clinton o mérito propio?
Las cualidades de Clinton son muchas, a pesar de su aparente
carácter serio, fue una excelente secretaria de estado y probablemente hubiera
sido una gran presidenta pero su mensaje no ha calado entre los electores. Esos
electores son los mismos que votaron a Obama, así que decir de ellos que son
machistas, pueblerinos, ignorantes es despreciarlos de una manera poco
democrática. Algunos añaden que se necesitan más escuelas y mejor instrucción,
pero el argumento es absolutamente despreciable. Cada uno de nosotros tiene la
formación que tiene, de ahí a decir que los que no votan lo que nosotros votaríamos
son una pandilla de incultos hay un largo trecho.
Desde mi punto de vista, cuando las personas están desesperadas el
discurso populista triunfa. EE UU ha mejorado mucho la economía durante el
mandato de Obama, pero las clases con menos recursos no han visto que esa
mejora les alcance. Un Trump populista que promete parar la emigración (menos
puestos de trabajo, según ese mismo argumento), bajar los impuestos (otro
recurso que siempre usa la derecha, aunque a la hora de la verdad se bajan a
los que más tienen) y otros argumentos del estilo han hecho que la mayoría de
los norteamericanos depositen su confianza en el candidato del discurso
populista.
Ha ocurrido en EE.UU, ha ocurrido en España y ocurre y ocurrirá en
las próximas elecciones venideras. La crisis no ha acabado de abandonarnos y el
populismo hace crecer los votos en los caladeros de los cabreados.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS