Gracias a unos
compañeros de instituto empecé a participar en política en el año 1971, tenía
entonces 17. Por aquel entonces, y mucho antes, ya se cantaba lo de “el pueblo
unido jamás será vencido”. No era ni soy una heroína, fueron las circunstancias
las que me llevaron a ello. Como yo, miles y miles de personas intentaban
conseguir la democracia en nuestro país. Años antes fueron muchos los que
dejaron su vida en el empeño, incluso después murieron unos cuantos.
La transición no
fue una panacea para nadie ni para la derecha ni para la izquierda, todos
dejamos en ella parte de nuestras reivindicaciones y mucho más la izquierda que
la derecha. Quedaron cosas sin ajustar, tantas que sería largo enumerarlas (
los juicios injustos, las muertes injustas, las condenas injustas, los
olvidados en las cunetas de manera injusta, etc, etc, etc.)
Llamar a todas
aquellas personas que participamos de manera directa o indirecta “EL RÉGIMEN”
cuando para los demócratas el regimen siempre fue el fanquista es cuando menos
un insulto y yo no estoy dispuesta a que se me insulte.
Ni le quito ni le
pongo al partido Podemos, pero que no me jodan con el candado del 78 porque por
más que intenten insultarrnos, vilipendiar o disminuir lo que la aprobación de
la Constitución supuso para nuestro país, nadie negará que fue un gran avance
democrático estudiado como tal en muchos lugares del mundo.
¿Acaso creen los de
Podemos que para conseguir adeptos y votos pueden destruir lo que a millones de
personas costó construir? Que tiren por donde quieran, pero que dejen de
jodernos con la cantinela de la casta y el candado del 78. Algunos de ellos ya
han empezado a ser casta (según su definición que no comparto).