Empezamos mal. El gobierno convergente suprime el Programa contra la Violencia Machista
Consuelo Barea, és metgessa psicoterapèuta experta en violència de gènere
dissabte 8 de gener de 2011El Programa de Seguretat contra la Violència Masclista (PSVM), fue creado por el Departament d’Interior el año 2007 y desde entonces ha generado diversas actuaciones de amplia repercusión: eventos, formación, talleres de trabajo, sesiones formativas, campañas de sensibilización, iniciativas, normativas, participación en la elaboración de la legislación, voluntariados, subvenciones, participación en programas, etc.
Ha hecho mucho y bien, y siempre encaminado a erradicar la lacra social de la violencia de género. Alba García, su directora, ha contribuido definitivamente a cambiar un ámbito tradicionalmente machista, y ha aportado una visión igualitaria, activa y progresista.
Yo destacaría como ejemplo de aportación valiosísima a la visibilización de la violencia de género, la encuesta llevada a cabo en Cataluña a más de 14.122 mujeres y 1.501 hombres. Algunos de los resultados marcan un punto y aparte en el conocimiento real del problema.
Los casos de violencia machista que se denuncian son sólo la punta del iceberg:
• 1 de cada 4 mujeres ha sufrido una agresión machista de especial gravedad a lo largo de su vida. • Más de un 80% de las mujeres que han sufrido hechos que consideran delictivos, no los denuncian. • En el ámbito de pareja y ex-pareja, cerca de 70.000 mujeres residentes en Cataluña se consideras maltratadas el año pasado. Esta encuesta es un logro definitivo que demuestra científicamente la extensión y gravedad de la pandemia de la violencia de género.
Y qué decir de reconocimientos como la invitación de l a ONU al PSVM para que exportara su tarea a otros países del mundo “El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNIFEM) reconoció el trabajo hecho por el programa del Departamento de Interior y le animó a compartirlo y difundirlo a través de la plataforma web “Say No – UNiTE to End Violence against Women”. Fue este un reconocimiento no sólo a la tarea de un departamento, sino al compromiso por la igualdad de un gobierno autonómico como el catalán.
Por todo lo anterior mi sorpresa y disgusto han sido mayúsculos cuando he leído que se suprimía el PSVM. Esto es un paso atrás, un giro conservador, que contribuye a que no se pueda seguir avanzando en contra de la discriminación. Convergencia coincide con los deseos más retrógrados de la derecha más recalcitrante de este país. Empezamos mal. Es una terrible decisión que muestra la intención de relegar la igualdad a un segundo o tercer plano, olvidando que las políticas de igualdad entre mujeres y hombres no son una rémora, sino la base de la democracia y la seguridad.
Dudo de que la eliminación de programa se deba a la política de austeridad del Gobierno de Convergencia. Estoy segura de que la parte dedicada al programa sólo suponía una pequeña parcela de los presupuestos. Justificándose y amparándose en motivos económicos, hacen desaparecer sin ningún tipo de escrúpulo un servicio público que ha permitido una sensibilización y formación sobre violencia de género a los mossos, a muchos profesionales y a la población en general. Los símbolos son importantes y eso la Generalitat tenía que saberlo, las mujeres necesitamos estandartes, banderas, portavoces y símbolos. Queremos ser visibles y mucho más en lo que respecta a la violencia de género. El hecho de que el PSVM pase a depender de otro servicio y quede enmascarado en él, no es un hecho casual ni inocente, indica prioridades e ideologías. Aunque se le destinara el mismo presupuesto que cuando era un programa independiente, cosa que dudo, su desaparición ha apagado un faro, ha destruido un símbolo.
Me gustaría pensar que esta desgraciada decisión política no es un indicador de lo que nos va a venir ahora, que no van a empezar a caer regidurías de mujer, de igualdad, o servicios contra la violencia machista… Me gustaría pensar que Convergencia no tiene tan poca visión política como para desencadenar una involución en los frágiles y difícilmente logrados derechos de las mujeres.
Manifiesto mi más absoluto rechazo ante la desaparición del Programa contra la Violencia Machista.