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viernes, 23 de diciembre de 2011

Yo quiero que se aplique la ley de igualdad.


Yo quiero que se aplique la ley de igualdad.
Jo vull que s'apliqui la llei d'igualtat.
Eu quero que se aplique a lei de igualdade.
Nik nahi dut berdintasunaren legea aplika dezala.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Lo lamento, ni cien días al nuevo gobierno del señor Rajoy

Me parece lamentable que el nuevo presidente del gobierno español no haya sabido encontrar mujeres para hacer un gobierno paritario o quasi paritario. Si desde ese estamento no somos capaces de dar ejemplo ¿cómo vamos a pedir a las empresas, universidades, etc. que las incluyan en sus cargos de dirección? Un PASO ATRÁS LAMENTABLE en el largo camino hacia la igualdad entre hombres y mujeres. Así que lo lamento, ni cien días, Sr. Rajoy.

domingo, 16 de octubre de 2011

Inédita "Primavera feminista" en el mundo musulman, por Mª Dolores Masana

Mujeres en la Plaza Tahrir de El Cairo          


Frecuentemente, por no decir a diario, leemos en la prensa noticias que agitan nuestra conciencia por exceder toda lógica o razón. Pero, aun acostumbrados a asumir con impotencia que los derechos humanos son violados en todo el mundo cada día, hay situaciones que no podemos dejar de denunciar como vestigios que hunden sus raíces en usos medievales, como que en pleno siglo XXI, Arabia Saudí, país miembro de las Naciones Unidas desde 1945, condenara recientemente a 10 latigazos a una mujer por conducir su automóvil.
Para paliar las negativas repercusiones que esta sentencia tuvo en la prensa internacional, el rey 

Abdullah bin Abdelaziz al Saud ha perdonado el castigo impuesto a la joven y valiente activista. ¿Hay 

que aplaudir la magnanimidad del rey saudí cuando su Justicia, con mayúscula, condenó a Shaima 

Justaneyah a tan humillante y dolorosa pena dos días después de que el monarca dijera: "No se debe 

marginar el papel de las mujeres en la sociedad saudí"?

Con velo o sin él, con 'galabeya' o con tejanos, las mujeres participan en las luchas democráticas

Ciertamente, Shaima es la "cruz" de una moneda, la de la liberación de la mujer, cuya "cara" se publicó simultáneamente en los medios de comunicación: "Australia autoriza a las mujeres que sirven en el Ejército a participar en operaciones de combate y en las unidades especiales, sumándose así a Canadá, Israel y Nueva Zelanda que hace tiempo eliminaron las restricciones que mantenían a las mujeres en servicios militares no bélicos".
Al hilo del escándalo que provoca Arabia Saudí por el hecho de ser el único país del mundo que prohíbe por ley conducir a las mujeres, estamos asistiendo a un hecho inédito en el ámbito árabe musulmán: las mujeres empiezan a echarse a la calle para protestar en defensa de sus derechos. La campaña de las saudíes Women Drive en Facebook puede ser la punta de lanza de una protesta acallada durante años: la de las musulmanas en unos países agitados hoy por múltiples manifestaciones populares contra la corrupción, el nepotismo y la falta de libertades.
La revolución del 5 de enero en Egipto llenó la plaza de Tahrir de mujeres con velo, sin él, con galabeya o con tejanos. Allí y aquellos días, los y las cairotas se echaron juntos a la calle para gritar: "¡Basta ya!". Algo impensable en una sociedad que segrega a ambos sexos, desde la mezquita para orar hasta las urnas para votar. Solo las clases altas, cultas, tienen una mayor flexibilidad en cuanto a la discriminación de la mujer.
El fenómeno que supuso que hombres y mujeres compartieran el espacio público se repitió en Jordania, Marruecos, incluso en Bahréin donde gobiernan monarquías autoritarias. Antes, fue en Túnez, el país que alzó la bandera de las manifestaciones de la primavera árabe, aunque allí no llamó la atención puesto que la condición de la mujer tunecina es la más avanzada del mundo árabe.
Algo impensable hace un año porque en las pocas protestas que han tenido lugar en estos países, las mujeres o no están, o marchan separadas detrás de los hombres, como en Irán o en Yemen, hace pocos días, por la indeseada vuelta del presidente Saleh. Es por ello que las manifestaciones mixtas de la plaza de Tahrir resultaron tan novedosas en este mundo.
Sin embargo, una vez controlada la revuelta, las egipcias han vuelto a desaparecer de calles y plazas, a menos que vayan acompañadas de algún familiar masculino. El "basta ya" gritado en el corazón de El Cairo, no va con los códigos civiles de estos países que convierten a la mujer en menor de edad toda su vida, sujeta al padre, a los hermanos, al marido, al hijo, al cuñado si son viudas.
El caso de las argelinas es paradigmático del uso y abuso de las mujeres por los hombres. En la guerra de independencia que terminó en 1962, tras ocho años de lucha sin cuartel contra la colonización francesa, las argelinas tuvieron un destacado papel desde la resistencia y en el frente luchando codo a codo con los combatientes del Frente de Liberación Nacional, muchas veces al precio de sus vidas. No obstante losmuyaidines, una vez llegados al poder, no tardaron ni 10 años en promulgar una "ley de familia", aún vigente, que las encerró de nuevo en sus casas.
Algo parecido ha ocurrido ahora en Egipto. Desalojada la emblemática plaza de la Liberación, las mujeres han desaparecido del ágora. Pero aunque fueran pocos días, por primera vez en un país árabe musulmán, sobre la plaza de Tahrir de El Cairo, pareció flotar, entre chadores y niqabs, un cierto aire de reivindicación feminista.
Quizá vuelvan a llenarse de gentes indignadas las plazas de Egipto, de Siria, de Yemen y de otros países árabes por la tardanza en llevar a cabo las reformas prometidas y puede ser que entonces volvamos a ver a sus mujeres reclamando libertades. Sería bueno que, visto lo visto, las musulmanas, a la vez que libertades para toda la sociedad, reclamaran para sí igualdad de derechos con los hombres. En ese sentido quizá las saudíes hayan empezado ya a marcar el paso al volante de sus automóviles.
María Dolores Masana Argüelles es vicepresidenta de la Comisión de Quejas y Deontología de la FAPE.

viernes, 7 de octubre de 2011

Ellen Johnson-Sirleaf, Leymah Gbowee y Tawakkul Kaman, Premio Nobel de la paz






Sirva el Premio Nobel de la Paz para reconocer el trabajo de tantas y tantas mujeres y personas que luchan cada día por ese motivo.

martes, 11 de enero de 2011

EMPEZAMOS MAL, por CONSUELO BAREA

Empezamos mal. El gobierno convergente suprime el Programa contra la Violencia Machista

Consuelo Barea, és metgessa psicoterapèuta experta en violència de gènere
dissabte 8 de gener de 2011


Empezamos mal. El gobierno convergente suprime el Programa contra la Violencia Machista
El Programa de Seguretat contra la Violència Masclista (PSVM), fue creado por el Departament d’Interior el año 2007 y desde entonces ha generado diversas actuaciones de amplia repercusión: eventos, formación, talleres de trabajo, sesiones formativas, campañas de sensibilización, iniciativas, normativas, participación en la elaboración de la legislación, voluntariados, subvenciones, participación en programas, etc.
Ha hecho mucho y bien, y siempre encaminado a erradicar la lacra social de la violencia de género. Alba García, su directora, ha contribuido definitivamente a cambiar un ámbito tradicionalmente machista, y ha aportado una visión igualitaria, activa y progresista.
Yo destacaría como ejemplo de aportación valiosísima a la visibilización de la violencia de género, la encuesta llevada a cabo en Cataluña a más de 14.122 mujeres y 1.501 hombres. Algunos de los resultados marcan un punto y aparte en el conocimiento real del problema.
Los casos de violencia machista que se denuncian son sólo la punta del iceberg:

• 1 de cada 4 mujeres ha sufrido una agresión machista de especial gravedad a lo largo de su vida. • Más de un 80% de las mujeres que han sufrido hechos que consideran delictivos, no los denuncian. • En el ámbito de pareja y ex-pareja, cerca de 70.000 mujeres residentes en Cataluña se consideras maltratadas el año pasado. Esta encuesta es un logro definitivo que demuestra científicamente la extensión y gravedad de la pandemia de la violencia de género.
Y qué decir de reconocimientos como la invitación de l a ONU al PSVM para que exportara su tarea a otros países del mundo “El Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas (UNIFEM) reconoció el trabajo hecho por el programa del Departamento de Interior y le animó a compartirlo y difundirlo a través de la plataforma web “Say No – UNiTE to End Violence against Women”. Fue este un reconocimiento no sólo a la tarea de un departamento, sino al compromiso por la igualdad de un gobierno autonómico como el catalán.
Por todo lo anterior mi sorpresa y disgusto han sido mayúsculos cuando he leído que se suprimía el PSVM. Esto es un paso atrás, un giro conservador, que contribuye a que no se pueda seguir avanzando en contra de la discriminación. Convergencia coincide con los deseos más retrógrados de la derecha más recalcitrante de este país. Empezamos mal. Es una terrible decisión que muestra la intención de relegar la igualdad a un segundo o tercer plano, olvidando que las políticas de igualdad entre mujeres y hombres no son una rémora, sino la base de la democracia y la seguridad.
Dudo de que la eliminación de programa se deba a la política de austeridad del Gobierno de Convergencia. Estoy segura de que la parte dedicada al programa sólo suponía una pequeña parcela de los presupuestos. Justificándose y amparándose en motivos económicos, hacen desaparecer sin ningún tipo de escrúpulo un servicio público que ha permitido una sensibilización y formación sobre violencia de género a los mossos, a muchos profesionales y a la población en general. Los símbolos son importantes y eso la Generalitat tenía que saberlo, las mujeres necesitamos estandartes, banderas, portavoces y símbolos. Queremos ser visibles y mucho más en lo que respecta a la violencia de género. El hecho de que el PSVM pase a depender de otro servicio y quede enmascarado en él, no es un hecho casual ni inocente, indica prioridades e ideologías. Aunque se le destinara el mismo presupuesto que cuando era un programa independiente, cosa que dudo, su desaparición ha apagado un faro, ha destruido un símbolo.
Me gustaría pensar que esta desgraciada decisión política no es un indicador de lo que nos va a venir ahora, que no van a empezar a caer regidurías de mujer, de igualdad, o servicios contra la violencia machista… Me gustaría pensar que Convergencia no tiene tan poca visión política como para desencadenar una involución en los frágiles y difícilmente logrados derechos de las mujeres.
Manifiesto mi más absoluto rechazo ante la desaparición del Programa contra la Violencia Machista.