Me causó tristeza, sentimiento de vuelta atrás y cierto desasosiego ver, el pasado día cinco de marzo, un palco lleno de mujeres en el Nou camp. Tristeza porque las vi como corderitas recluidas en un redil, encerradas allí bajo el argumento de un presunto homenaje a las mujeres en ocasión de su día internacional. ¿Por qué los directivos de los clubs deportivos no hacen juntas ejecutivas aplicando el 60-40 % de presencia de mujeres y hombres? Triste favor, muy triste.
Sentimiento de vuelta atrás, porque vinieron a mi memoria aquellos días de Santa Águeda en que grupos de mujeres salían solas a cenar porque ese día, y para muchas solo ese día, les estaba permitido. Recuerdo cuántas veces tuve que aguantar malas caras al decir que me negaba a semejante pantomima. Llegaron a llamarme <>, y otros adjetivos, por no hacer piña con el resto de mujeres <>.
Desasosiego, porque en el palco había mujeres con alta responsabilidad en la vida política, cultural y deportiva de la sociedad catalana a las que he oído hablar a favor de los derechos de las mujeres, pero que se prestaron a ser vistas, fotografiadas y grabadas en el reducto para féminas que tan gran vergüenza nos ha causado a muchas.
Si el FCB quiere demostrar el respeto que le merecemos, que empiece por su propia casa dando ejemplo de lo que predica. No al palco para las mujeres durante un día, sí a la mitad de los asientos de la ejecutiva. Las mujeres les estaríamos mucho más agradecidas.
Escrito para La voz de Castelldefels