NO TODO ES ALEGRÍA

 

Estamos en plenas fiestas y en la mayoría de las familias se celebra con la mejor dosis de alegría posible y así debe seguir. Encontrar un momento para estar juntos, desplazarse por la geografía para disfrutar con los más queridos, tirar un poco por la ventana aquello que nos da alegrías, estirar más de la manga de lo debido, comprar algún regalito, aunque sea sencillo.

En cambio no es sencillo para algunos pasar estas fechas sin que el dolor se haga presente. El recuerdo de los que no están, de los que se acaban de marchar machaca a las familias afectadas por la pérdida. 

Hace ahora unas semanas se produjo la terrible explosión de gas en el barrio de Can Espinós de Gavà. Allí reina el dolor por los que se han ido, gente a la que la muerte les vino encima cuando dormían, en su mayoría personas jóvenes, tan jóvenes que apenas les había dado tiempo a disfrutar de todo aquello que tenían por delante.

 

En el colegio Jacme March de Gavà, en el que trabajo, hemos perdido a Yomara, una niña de once años que llevaba la rebeldía y las ganas de vivir dentro. Otros niños del colegio siguen en estado grave. Para ellos y sus familias esta Navidad habrá dejado de tener sentido.

 

A pesar de todo la vida sigue y hay que afrontarla con el optimismo que seamos capaces de generar.