domingo, 16 de noviembre de 2014

¡QUÉ NO ME JODAN CON EL CANDADO DEL 78!


Gracias a unos compañeros de instituto empecé a participar en política en el año 1971, tenía entonces 17. Por aquel entonces, y mucho antes, ya se cantaba lo de “el pueblo unido jamás será vencido”. No era ni soy una heroína, fueron las circunstancias las que me llevaron a ello. Como yo, miles y miles de personas intentaban conseguir la democracia en nuestro país. Años antes fueron muchos los que dejaron su vida en el empeño, incluso después murieron unos cuantos.
La transición no fue una panacea para nadie ni para la derecha ni para la izquierda, todos dejamos en ella parte de nuestras reivindicaciones y mucho más la izquierda que la derecha. Quedaron cosas sin ajustar, tantas que sería largo enumerarlas ( los juicios injustos, las muertes injustas, las condenas injustas, los olvidados en las cunetas de manera injusta, etc, etc, etc.)
Llamar a todas aquellas personas que participamos de manera directa o indirecta “EL RÉGIMEN” cuando para los demócratas el regimen siempre fue el fanquista es cuando menos un insulto y yo no estoy dispuesta a que se me insulte.
Ni le quito ni le pongo al partido Podemos, pero que no me jodan con el candado del 78 porque por más que intenten insultarrnos, vilipendiar o disminuir lo que la aprobación de la Constitución supuso para nuestro país, nadie negará que fue un gran avance democrático estudiado como tal en muchos lugares del mundo.
¿Acaso creen los de Podemos que para conseguir adeptos y votos pueden destruir lo que a millones de personas costó construir? Que tiren por donde quieran, pero que dejen de jodernos con la cantinela de la casta y el candado del 78. Algunos de ellos ya han empezado a ser casta (según su definición que no comparto).

sábado, 15 de noviembre de 2014

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lunes, 10 de noviembre de 2014

LO QUE ALGUNOS NO QUIEREN VER

 
Un tercio de los catalanes y catalanas mayores de 16 años acudieron a votar el pasado 9 de noviembre, dos millones trescientos mil. De ellos, 1.861.000 han apoyado la propuesta del Sí-Sí. Decir que solo un tercio acudió a votar o que la suma de los síes representa al voto independentista y decirlo con menosprecio es prueba evidente de la ceguera de quien hace semejantes afirmaciones.
Yo no voté porque mi opción era y sigue siendo una consulta pactada y acordada. Una consulta en la que cada cual pueda hacer campaña de su opción y una consulta validada por organismos nacionales e internacionales, pero negar la evidencia es de necios. Tampoco fui a votar porque mi apuesta es federal, aunque ahora no toque extenderme sobre este asunto.
El 9N hubo personas que votaron con la misma sensación que tuvimos muchos ante las primeras elecciones democráticas, es decir, con un sentimiento inexplicable lleno de verdadera ilusión y entusiasmo. No les valía el argumento, cierto, de que aquí votamos cada año, para ellos fue como si nunca hubieran ejercido el derecho al voto.
Ignorar a todos estos votantes o ningunearlos no hará más que profundizar la brecha que hoy existe entre el sentir de los ciudadanos y la política llevada a cabo por los responsables.
Otra cuestión bien distinta son los argumentos esgrimidos por los pro independencia, tan falaces en muchos casos como los que algunos hicieron para conseguir la mayoría absoluta de la que hoy disfrutan. Una Catalunya independiente no nos hará más felices, ni comeremos helado de postre todos los días ni hará que encontremos trabajo con mayor facilidad ni seremos más libres ni…
También expresar nuestro rechazo a todos aquellos que interponinedo recursos judiciales intentaron impedir lo que a todas luces era una voluntad de un buen número de catalanas y catalanas (al margen de los llamaminetos mesiánicos).
Con todo el respeto hacia los que votaron sí-sí, sí-no, sí-blanco o no y con toda la carga de reflexión que ello supone, deberíamos de acordar una vía que satisfaga a la mayoría y que nos conduzca a tener la Catalunya que expresemos en las urnas legalmente constituídas.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS