En nuestro municipio hay personas que siguen sosteniendo una
mentira por años y años, lo malo es que una parte de la ciudadanía se ha creído
y continua creyendo esa mentira.
Lamento tener que salir, de nuevo, en defensa del honor de mi
marido, Agustín Marina, fallecido a principios de 2015 y alcalde de
Castelldefels entre 1979 y 2002.
Algunos personajes que han ostentado y ostentan cargo público lo
acusaron y siguen acusándolo de haber hecho especulación urbanística. Para que
sepamos situarnos correctamente, la planificación general del suelo en el
territorio metropolitano se rige por lo aprobado por la extinta Corporación
Metropolitana de Barcelona, actual Área Metropolitana de Barcelona. Dicha planificación
data del año 1976, es decir, tres años antes de que se constituyeran los
primeros ayuntamientos democráticos. En dicha planificación se toma la
metrópoli como un todo y se distribuye en el territorio la ubicación de los
diferentes tipos de suelo: equipamientos, zonas verdes, zonas edificables, etc.
Un municipio, por sí mismo, está incapacitado para cambiar ese
diseño del territorio, por lo tanto, se hace muy difícil que un ayuntamiento y
menos, su alcalde por si solo, pueda cambiar el destino del suelo. Si era zona
verde será zona verde y si es urbanizable lo es por más que no queramos que nos
construyan donde antes teníamos verde sin ser zona verde.
De la misma manera tampoco se puede denegar permiso de construcción
cuando una zona es urbanizable porque entonces se estaría prevaricando, que
como sabemos, es un delito.
El ayuntamiento presidido por Agustín Marina empeñó mucho dinero
en comprar suelo para ubicar equipamientos, porque como sabemos el ayuntamiento
solo es propietario de aquello por lo que pagó. Las escuelas publicas, los
ambulatorios, los institutos, las instalaciones deportivas están ubicados en
suelo que en su mayoría fue comprado en la época Marina, como no podía ser de
otra forma. Por cierto, el castillo y su parque también fueron comprados en la época Marina. Que se debía haber comprado más, probablemente, pero el dinero del
ayuntamiento es finito y nunca se tiene suficiente para realizar todos los
proyectos que se quisieran.
Quien sigue afirmando que Agustín Marina especuló miente y miente
a sabiendas, y si no lo sabe aún es más triste porque miente siendo un
ignorante. Cuando se hace una afirmación tan grave hay que aportar pruebas.
Sé que no sirve de nada porque el que miente a este respecto lo
seguirá haciendo, pero dejen en paz la memoria de Agustín Marina porque una
mentira dicha mil veces puede sonar a verdad, pero sigue siendo una mentira.
Escrito para LAVOZ DE CASTELLDEFELS