No pretendemos
hacer un homenaje a Nelson Mandela porque el mayor tributo que debemos y
podemos hacerle es recordar sus gestos, su gesta y las palabras que los
acompañaron.
Tratamos de
comparar algunas de las frases que dos dirigentes políticos, Barack Obama y
Raúl Castro, expresaron el pasado martes 11 de diciembre en el oficio religioso
oficial en el estadio FNB de Soweto, en Johannesburgo.
Al margen de los
lógicos elogios, veamos cuáles fueron sus mensajes, dirigidos, sin duda, del
uno al otro.
El líder estadounidense destacó que demasiados líderes mundiales se solidarizan con su lucha por la libertad, pero "no toleran la disidencia de su propio pueblo". El cubano, que habló el último, se expresó de esta manera: Mandela es un ejemplo insuperable para América Latina y el Caribe, que avanzan hacia la unidad e integración, en beneficio de sus pueblos, respetuosos de su diversidad, con la convicción de que el diálogo y la cooperación son el camino para la solución de las diferencias y la convivencia civilizada de quienes piensan distinto.
Tal parece que ambos hablan de lo mismo y ojalá así fuera, que todos los pueblos del mundo pudieran entenderse mediante el respeto y el diálogo. La realidad es muy distinta, no solo entre Cuba y EE.UU., sino en todos aquellos países en los que las armas son el único instrumento de “diálogo”.
No obstante, y sin querer señalar a Castro, es curioso que el Presidente cubano hable del respeto a la diversidad y llame a mantener una convivencia civilizada. También lo es que Obama tenga la memoria flaca en según qué asuntos mundiales en los que tampoco parece primar el respeto y el diálogo por parte de los norteamericanos.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS