La palabra es el arma de los humanos para aproximarse unos a otros. Ana María Matute.
miércoles, 27 de julio de 2011
viernes, 22 de julio de 2011
Rosa Montero. "Mi primera vez.Tanto tiempo perdido." El País, 22.07.11
La primera vez que hicimos el amor estábamos los dos algo bebidos. Nos habíamos conocido pocas horas antes y cuando me desperté ya se había ido. Una mujer sigilosa. Pensé que no volvería a verla, pero coincidimos el sábado siguiente en el mismo bar. Ahora comprendo que regresé al local para encontrarla.
La primera vez que hablamos de nuestra situación, como ella decía con desabrido eufemismo, competimos duramente entre nosotros para demostrar que no necesitábamos a nadie y que el fracaso de los anteriores matrimonios, unido a la responsabilidad ante nuestros hijos adolescentes, impedía cualquier proyecto en común. De acuerdo, no esperamos nada el uno de la otra, convinimos.
La primera vez que le dije: "Me gustas mucho", estábamos terminando de cenar en una terraza. Una pequeña brisa aliviaba la torridez de agosto y sobre nosotros brillaba una luna redonda y muy roja. Parecía una noche dulce y complaciente, pero nada más formular la frase supe que me había equivocado. Que había puesto demasiada intensidad en las palabras. Después de esa cena, ella desapareció durante dos semanas. Se hizo la difícil, alegó trabajo. Por entonces llevábamos viéndonos alrededor de un año.
La primera vez que ella me dijo: "Lo de tener dos casas es un fastidio, quizá deberíamos replantearnos la situación", debo reconocer que me entró el pánico. Deshice un viaje que estábamos planeando para festejar (aunque sin reconocer que festejábamos) nuestros tres años juntos y me marché solo a Londres. Aún peor, anduve un par de meses impertinente e inquieto. Todavía no consigo entender del todo qué me ocurrió.
La primera vez que me encontré una cana en el pubis, pensé: "Quiero envejecer con ella". Pero, por supuesto, no se lo dije.
La primera vez que, al regresar a casa, el lugar me pareció opresivamente apagado y silencioso, porque mi hijo acababa de mudarse, pensé por un angustiado momento que era un imbécil por no entregarme más, por no convivir con ella. Se me pasó enseguida.
La primera vez que ella se quejó de dolor de espalda creímos los dos que no era más que un tirón muscular. O, poniéndonos en lo peor, un pinzamiento de vértebras.
La primera vez que escuchamos la palabra cáncer de la boca del médico, intenté cogerla de la mano. Me rechazó con un furioso empellón que no le tuve en cuenta: comprendí que ella temía que las emociones la debilitaran aún más en ese momento de fatal debilidad. Y es que, a pesar de nuestra distancia, yo había llegado a conocerla muy bien. Once años de roce dan para mucho, aunque sean 11 años cautelosos.
La primera vez que ella entró en mi casa para convivir, ya no podía moverse y llegó acompañada de una cama ortopédica.
La primera vez que le dije: "Te quiero", acababan de ponerle una dosis masiva de morfina. Creo que ya no me oyó.
Y esa fue la última vez que hubo una primera vez con mi pequeña, mi amada, mi siempre añorada Catalina.
La primera vez que hablamos de nuestra situación, como ella decía con desabrido eufemismo, competimos duramente entre nosotros para demostrar que no necesitábamos a nadie y que el fracaso de los anteriores matrimonios, unido a la responsabilidad ante nuestros hijos adolescentes, impedía cualquier proyecto en común. De acuerdo, no esperamos nada el uno de la otra, convinimos.
La primera vez que le dije: "Me gustas mucho", estábamos terminando de cenar en una terraza. Una pequeña brisa aliviaba la torridez de agosto y sobre nosotros brillaba una luna redonda y muy roja. Parecía una noche dulce y complaciente, pero nada más formular la frase supe que me había equivocado. Que había puesto demasiada intensidad en las palabras. Después de esa cena, ella desapareció durante dos semanas. Se hizo la difícil, alegó trabajo. Por entonces llevábamos viéndonos alrededor de un año.
La primera vez que ella me dijo: "Lo de tener dos casas es un fastidio, quizá deberíamos replantearnos la situación", debo reconocer que me entró el pánico. Deshice un viaje que estábamos planeando para festejar (aunque sin reconocer que festejábamos) nuestros tres años juntos y me marché solo a Londres. Aún peor, anduve un par de meses impertinente e inquieto. Todavía no consigo entender del todo qué me ocurrió.
La primera vez que me encontré una cana en el pubis, pensé: "Quiero envejecer con ella". Pero, por supuesto, no se lo dije.
La primera vez que, al regresar a casa, el lugar me pareció opresivamente apagado y silencioso, porque mi hijo acababa de mudarse, pensé por un angustiado momento que era un imbécil por no entregarme más, por no convivir con ella. Se me pasó enseguida.
La primera vez que ella se quejó de dolor de espalda creímos los dos que no era más que un tirón muscular. O, poniéndonos en lo peor, un pinzamiento de vértebras.
La primera vez que escuchamos la palabra cáncer de la boca del médico, intenté cogerla de la mano. Me rechazó con un furioso empellón que no le tuve en cuenta: comprendí que ella temía que las emociones la debilitaran aún más en ese momento de fatal debilidad. Y es que, a pesar de nuestra distancia, yo había llegado a conocerla muy bien. Once años de roce dan para mucho, aunque sean 11 años cautelosos.
La primera vez que ella entró en mi casa para convivir, ya no podía moverse y llegó acompañada de una cama ortopédica.
La primera vez que le dije: "Te quiero", acababan de ponerle una dosis masiva de morfina. Creo que ya no me oyó.
Y esa fue la última vez que hubo una primera vez con mi pequeña, mi amada, mi siempre añorada Catalina.
jueves, 21 de julio de 2011
Brutal arenga, la del señor Camps.
Efectivamente, señor Camps, la justicia dirá si ha habido despropósito y exageración, como usted indicaba ayer en la arenga dimisionaria con la que nos regaló los oídos en la tarde del 20 de julio. Quizás haya sido usted un mártir de la causa, pero no nos induzca a engaño, lo que se juzgará con el tiempo no es si a usted y algunos de sus allegados se les regalaron trajes y corbatas, sino si su gobierno autonómico sirvió para meter la mano a más de un desalmado. Usted dice poseer menos de lo que poseía, y hasta podemos creerlo, si exceptuamos el número de vestimenta y complementos, pero parece que algunos de los que con usted trabajaban se han ido con bastante más.
No obstante, como usted lo ha hecho por España, dése por bien dimitido.
No obstante, como usted lo ha hecho por España, dése por bien dimitido.
domingo, 10 de julio de 2011
Compromisos R
Primero, lo urgente, crear empleo.
Segundo, lo importante, una economía sana y competitiva.
Tercero, lo nuestro, la igualdad de oportunidades.
Cuarto, lo que nos piden, mejorar la democracia.
Etiquetas:
Rubalcaba compromisos
viernes, 8 de julio de 2011
jueves, 7 de julio de 2011
DATOS SORPRENDENTES
A principios de este mes el CIS ha hecho públicos los datos de la última encuesta realizada. Algunos de ellos tienen lógica, como que el de que 5 de cada 100 españoles han seguido con interés los hechos derivados del movimiento 15M y el 70% de los encuestados tenga una actitud positiva respecto de él. Hay otros, en cambio, que resultan sorprendentes: el 53.7 por ciento se manifiesta satisfecho con la democracia de nuestro país y, en cambio, 8 de cada 10 creen que la corrupción está extendida. ¿Significa este dato que nos conformamos con un país corrupto aunque lo creamos democrático?
El 20 % de los encuestados está parado, dato que se correspondería con el paro real, pero aunque el paro preocupa al 63.7 %, solo el 15.7 dice inquietarse por los problemas económicos. ¿Somos entonces solidarios con los parados, lo que sería del todo razonable, o el concepto paro ya es suficiente indicador de preocupación por la economía?
Es evidente que son preguntas desde la ignorancia, porque un buen analista de encuesta enseguida daría con la explicación correcta a estas cifras sorprendentes. No obstante, lo que cuenta al final es si uno llega correctamente a final de mes y si el gobierno cumple con las expectativas de una sociedad justa e igualitaria que toda democracia debiera proveer.
Escrito para La voz de Castelldefels.
jueves, 30 de junio de 2011
COMUNICAT RESPECTE AL TRACTAMENT INFORMATIU DELS RESULTATS D’AVALUACIÓ DE SISÈ
La Comissió Permanent de la Junta Central de directors/es de Primària vol manifestar el seu descontentament pel tractament subjectiu, sectari i tendenciós que estan fent diferents mitjans de comunicació dels resultats de les CB de 6è en les ESCOLES PÚBLIQUES.
En la darrera dècada, bàsicament en l'ensenyament públic, s'ha fet una tasca impressionant per l'equitat i la integració social de l'alumnat nouvingut. Estratègies innovadores i mestres implicats molt més enllà del que els pertocava, han fet possible l'acolliment integrador i l'aprenentatge d'aquests nous ciutadans que han anat arribant al nostre país. Tot això s'ha fet bàsicament, i en silenci, a les nostres ESCOLES PÚBLIQUES. Nosaltres, respectant les diferències, hem fet possible un acolliment integrador.
En un context així, l'èxit i els resultats que estem obtenint són mereixedors d'un tractament molt més professional per part dels mitjans de comunicació. Lamentem que no hagin tingut la mínima curiositat professional per mostrar aquesta tasca acollidora i integradora de l'ensenyament públic desenvolupada en el nostre país.
És evident que el context socioeconòmic de les famílies condiciona els resultats del procés d'aprenentatge. Molts alumnes que s'han incorporat progressivament en el nostre sistema educatiu saben llegir i escriure en català i castellà gràcies a l'esforç i dedicació dels/de les mestres de l'ensenyament públic. Molts d'ells han assolit, fins i tot, l'excel·lència en els seus aprenentatges. .
Les Escoles Públiques que estan en entorns o contextos semblants als de l'escola privada treuen resultats semblants. En entorns socioeconòmics de risc socials, molts i moltes professionals de l'ensenyament públic d'aquest país estan fent una tasca immensa per atendre amb professionalitat i universalitat l'alumnat més desfavorit i ningú es preocupa de posar de manifest el seu èxit i la seva bona pràctica.
L'ensenyament del nostre país no millorarà des del negativisme sinó des de l’exposició positiva del que s'està fent bé. L’ensenyament públic és de tanta qualitat com el privat. La diferència la determina la tiplogia d'alumnat que acull cada model. .
Esperem que la història reconegui el paper que l’ensenyament públic ha desenvolupat en les últimes dècades, des de la universalització de l'ensenyament.
Les Escoles Públiques que estan en entorns o contextos semblants als de l'escola privada treuen resultats semblants. En entorns socioeconòmics de risc socials, molts i moltes professionals de l'ensenyament públic d'aquest país estan fent una tasca immensa per atendre amb professionalitat i universalitat l'alumnat més desfavorit i ningú es preocupa de posar de manifest el seu èxit i la seva bona pràctica.
L'ensenyament del nostre país no millorarà des del negativisme sinó des de l’exposició positiva del que s'està fent bé. L’ensenyament públic és de tanta qualitat com el privat. La diferència la determina la tiplogia d'alumnat que acull cada model. .
Esperem que la història reconegui el paper que l’ensenyament públic ha desenvolupat en les últimes dècades, des de la universalització de l'ensenyament.
Mentre, ens agradaria que els mitjans informatius ens ajudessin a comunicar els resultats de les avaluacions de l’aprenentatge amb professionalitat i rigor, i la realitat amb tots els matisos i riquesa que conté, sense prejudicis. .
La Comissió Permanent de la Junta Central de Directors/es de Primària
Juny de 2011
Etiquetas:
escola pública,
resultats sisè
miércoles, 15 de junio de 2011
El esplendor efímero
Haruki Murakami, que recibió el premio Catalunya el 9 de junio, hablaba de su pueblo, el japonés, refiriéndose a él como el que ama el esplendor efímero de los sakura (la flor del cerezo), las luciérnagas o las hojas de otoño y que, sobre todo, siente paz cuando esta belleza fugaz empieza a desvanecerse. En definitiva, un pueblo que disfruta del instante, por pequeño que sea.
Reflexiono sobre el esplendor efímero y me enfrento a una idea que ronda estos días por mi cabeza, la de los indignados que han llenado plazas o las de los que les han entendido y apoyado desde la distancia. Ellos han disfrutado del placer efímero de sentirse escuchados, aunque también fueron vilipendiados. De la actitud constructiva que muchos han mostrado y de las propuestas con sentido debemos tomar buena nota y creer que una sociedad más justa es posible. De aquellos que creen que impedir el desarrollo normal de las instituciones en un país democrático es revolucionario, en cambio, no debemos fiarnos, porque su esplendor efímero, el de impedir una sesión constitutiva de un ayuntamiento o una ordinaria del Parlament de Catalunya no es más que una agitación callejera y con esa actitud no se construye equidad sino desorden y el desorden solivianta los ánimos más escondidos, nada bueno para el conjunto de la ciudadanía.
Escrito para La voz de Castelldefels
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