Cada día nos
sorprenden con una noticia desagradable. Hoy, cuando escribo estas lineas, nos
hemos desayunado con la reducción de las subvenciones a las asociaciones de
padres y madres o familiares, el 70% en los dos últimos ejercicios. Díganme si
no es ideología. Esa reducción va a suponer una merma en el trabajo
desinteresado que muchas personas hacen día a día en cada uno de los centros
escolares, una labor poco reconocida, pero sumamente importante para escuelas
de primaria e institutos. Ante esta medida, solo existen dos caminos a tomar:
reducir el trabajo de representación y coordinación de las familias con el
centro, o aumentar las cuotas para subsistir.
El caso es que,
poco a poco, se merman las libertades y los derechos de los ciudadanos, al
igual que sucede con la nada escondida campaña contra los sindicatos, que
también cumplen un papel importantísimo en la defensa de los derechos
colectivos e individuales de los trabajadores. Conocida es la frase de una
política de derechas al respecto: “Se acabaron los chollos y las mamandurrias”
(mamandurría: sueldo que se disfruta sin merecerlo, sinecura, ganga
permanente).
Así, sin que apenas
nos demos cuenta, una a una y con la nada despreciable excusa de la crisis,
vamos perdiendo todo aquello que nos ha costado treinta y cinco años
conquistar, pero no es la crisis, es ideología pura y dura.
El mal va
recorriendo uno a uno todos los paises europeos y sin que a los políticos que
toman las decisiones les cause el menor rubor.
¿Es la crisis la
causante del cierre de la radio televisión pública griega? Un hecho sin
precedentes en ningún país y que se lleva por delante a los medios de
comunicación que deben mantener informado al pueblo que les paga. No es la
crisis, es ideología.
Escrito para La voz de Castelldefels