No sé si pudieron leer mi anterior artículo “Menos es más” del mes pasado, si no, búsquelo en la web de La voz: lavoz.cat. Aunque no es exactamente lo mismo, sigo en esa línea y quiero hablar de personas que abandonan un trabajo estresante para dedicarse a otro que le produce mayor felicidad y seguramente menores ingresos.
¿Vale la pena disponer de un gran coche de empresa, móvil última generación, tableta digital y otros complementos a cambio de doce horas de trabajo en los que apenas se puede ver a la familia y los amigos? Un alto ejecutivo de la mayor empresa de publicidad de España ha respondido que no, y ahora se dedica a vender lencería ecológica, lleva a sus niños al colegio, comparte las tareas de casa y acaba la jornada laboral a las cinco de la tarde. Él dice que es mucho más feliz de esta manera. Gana mucho menos, pero afirma que se puede vivir bien con menos.
Otro caso: Un ingeniero de telecomunicaciones que harto de jornadas similares a nuestro anterior protagonista decide cambiar el rumbo de su vida poniendo una tienda de bicicletas en la que pasa las horas atendiendo a todo aquel que quiera comprarse una, arreglar la que tiene o participar en alguno de los circuitos que empieza a organizar (en este caso hablo de un ciudadano de Castelldefels). ¿Será tan feliz como se proponía haciendo algo que le gusta? Espero que sí.
Creo que, en la medida de lo posible, deberíamos dirigir nuestras vidas a vivirlas y no a consumirlas rodeados de los mejores y últimos elementos de consumo en detrimento de un poco más de felicidad.
Escrito para La voz de Castelldefels
me encanta y me gustaría muchísimo poder tb tomar el rumbo de mi vida y VIVIR.
ResponderEliminar