sábado, 28 de mayo de 2011

Reflexiones dirigidas a la Señora Merkel

Carta a la señora Merkel
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Tal cual (afirma otra trabajadora de SEAT).
Porque los diarios no cuentan que en Alemania la ley establece un mínimo de 20 días de vacaciones, pero que las empresas fijan lo que quieren. En Baviera y Baden Wüttemberg es estándar tener 30+ los puentes (que os aseguro que tienen un montón también especialmente en Mayo y Junio).
El sueldo de un ingeniero de AUDI que hace Project Management es de 54.000€ los Junior y hasta unos 80.000€ la gente con experiencia. Cierto es que pagan más impuestos, pero siguen cobrando mucho más.
- La gasolina es más cara
- La vivienda MUCHO más barata
- Los restaurantes: Cenar en una pizzería suele rondar los 12€. Aquí eso te lo gastas en la porción de pizza y la cola take-away.
- La ropa vale casi lo mismo
- La comida varia:Arroz más cara; productos Bio, bastante más baratos que aquí
- Nadie te mira mal por irte a casa a las 17h
- Está socialmente super aceptado que los viernes por la tarde la gente se vaya a casa a poco que entre semana hayas hecho alguna hora extra.

Etc.


domingo, 15 de mayo de 2011

EN BUSCA DE LA FELICIDAD


No sé si pudieron leer mi anterior artículo “Menos es más” del mes pasado, si no, búsquelo en la web de La voz: lavoz.cat. Aunque no es exactamente lo mismo, sigo en esa línea y quiero hablar de personas que abandonan un trabajo estresante para dedicarse a otro que le produce mayor felicidad y seguramente menores ingresos.
¿Vale la pena disponer de un gran coche de empresa, móvil última generación, tableta  digital y otros complementos a cambio de doce horas de trabajo en los que apenas se puede ver a la familia y los amigos? Un alto ejecutivo de la mayor empresa de publicidad de España ha respondido que no, y ahora se dedica a vender lencería ecológica, lleva a sus niños al colegio, comparte las tareas de casa y acaba la jornada laboral a las cinco de la tarde. Él dice que es mucho más feliz de esta manera. Gana mucho menos, pero afirma que se puede vivir bien con menos.
Otro caso: Un ingeniero de telecomunicaciones que harto de jornadas similares a nuestro anterior protagonista decide cambiar el rumbo de su vida poniendo una tienda de bicicletas en la que pasa las horas atendiendo a todo aquel que quiera comprarse una, arreglar la que tiene o participar en alguno de los circuitos que empieza a organizar (en este caso hablo de un ciudadano de Castelldefels). ¿Será tan feliz como se proponía haciendo algo que le gusta? Espero que sí.
Creo que, en la medida de lo posible, deberíamos dirigir nuestras vidas a vivirlas y no a consumirlas rodeados de los mejores y últimos elementos de consumo en detrimento de un poco más de felicidad.
Escrito para La voz de Castelldefels