domingo, 15 de enero de 2012

EL CAMBIO DE NOMBRE EN DEMOCRACIA. EL CASO DE LA BIBLIOTECA RAMÓN FERNÁNDEZ JURADO


Cualquier gobierno democrático, sea local, de la comunidad autónoma o estatal tiene derecho a cambiar los nombres, pero en el cambio debe haber razones suficientes que convenzan a la ciudadanía.
El ayuntamiento de Castelldefels ha decidido aprovechar el cambio de ubicación de la biblioteca para hacer lo mismo con el nombre de Ramón Fernández Jurado y en su lugar llamarla Central. Si Fdez. Jurado no hubiera sido un demócrata o fuera una persona indeseable lo entendería, pero él fue un ejemplo de integración en Catalunya, siendo de origen andaluz llegó a ser profesor de catalán cuando las cosas no eran fáciles, además de usar el castellano y el esperanto para comunicarse; era poeta y narrador; fue un referente cultural en nuestra ciudad y en ella vivió los últimos años de su vida.
Así que, después de veintiséis años de biblioteca con el nombre de este ilustre ciudadano, es difícil entender que se le quiera cambiar por el anodino de Central, que evidentemente no molesta a nadie, pero sí perjudica la cultura de Castelldefels.
Ruego al consistorio y a su alcalde en primer lugar que reconsideren la decisión. No 

andamos sobrados en el municipio de personas con trayectoria intachable y que hayan 

producido bienes culturales para el disfrute de todos y que sean un referente en la ciudad.

Escrito para La voz de Castelldefels

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