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lunes, 14 de diciembre de 2015

DAME ARGUMENTOS, NO ME HUMILLES O ME INSULTES.

Nadie discute la virtualidad de los nuevos partidos, así como no es discutible sus aportaciones a una nueva manera de hacer en política, aunque no todo el mérito les sea propio. Su irrupción en el panorama político ha abocado a los ya existentes a demostrar que la nueva línea de acción política, en cuanto a transparencia, también les atañe. Cierto es que en los partidos ya existentes han emergido personas con las ideas bien claras de cómo se debe proceder con honestidad.
Cada uno de nosotros es juez en el escrutinio de hasta qué punto la transparencia, las nuevas maneras de hacer más acordes con la ciudadanía, se han instalado o no en las formaciones políticas, sean de nuevo cuño o existieran hace 136 años.
A la hora de emitir ese juicio no deben valernos argumentos como viejo o nuevo, sino si lo que me proponen está de acuerdo con lo que considero mejor para mi país o no.
En esta campaña electoral, como en todas las anteriores, por desgracia, hubo personas que utilizaron la humillación para “atacar” al contrincante y alguna otra, caso de la alcaldesa Colau, un insulto que más que humillante fue indigno de quien ostenta tan alta representación: acusó a dos partidos de ser asesinos. Me atrevo a decir que la alcaldesa debió tomar algo fuerte aquel día (desconozco si sigue algún tratamiento médico que la hiciera desvariar), para que emitiera semejante barbaridad. Lamentablemente le hemos oído pocas propuestas y si ella representa una nueva manera de hacer política, no es un ejemplo de cómo desmontar argumentos de los contrarios.

Hemos iniciado una renovada manera de hacer, pero, por favor, no me humille ni me insulte.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

domingo, 18 de octubre de 2015

TRENES CON DIRECCIÓN CONTRARIA EN LA MISMA VÍA

Persistir en la conducción del tren cuando sabes que viene otro en dirección contraria por la misma vía es de suicidas y en esas parece que estamos.
Mas se empeña en no aminorar la marcha y en seguir accionando el acelerador y Rajoy utiliza la misma estrategia. Uno a punto de autoproclamarse mártir de la causa con fiesta callejera incluida y el otro que continúa sin sacarse  los tapones de los oídos para no escuchar el avance del tren en sentido contrario,  los pitidos del tren que viene de frente.
En ese juego de choque de trenes estamos metidos los ciudadanos, unos queriendo y otros sin querer. Mientras este sinsentido se produce, algunos amigos, incluso familiares, han dejado de hablarse y otros, para no provocar la ruptura, sencillamente ni se ven.
Un 48-52 no da juego suficiente como para que se imponga a los unos los criterios de los otros. Se necesita más cordura que eso. Discutir con los del bando contrario que si has ganado o has dejado de ganar tampoco.
Debería de imponerse la cordura de la que hace tiempo carecemos, echar el freno a ambos trenes y sentarse a dialogar sobre qué es más conveniente para el conjunto de la ciudadanía, entre otras cosas porque aquí, los de a pie, notamos un total desgobierno en materia de sanidad, educación y tantas y tantas otras cosas que han quedado sepultadas bajo el ruido ensordecedor de los trenes a toda máquina.

Apéense Mas y Rajoy de sus trenes o cambiemos a los maquinistas. No hay otra.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

sábado, 8 de agosto de 2015

¿Por qué seguimos votando a los políticos corruptos?

Tres profesores de la Universidad Autónoma de Barcelona, Jordi MuñozEva Anduiza y Aina Gallego, han realizado una investigación sobre este fenómeno que no es exclusivo de nuestro país, pero que parece instalado entre nosotros de manera más profunda que en otros.
Según el estudio, tendemos a minimizar la corrupción si los que la cometen nos son afines. Así que, aunque creamos que todos estamos escandalizados por el asunto, y la encuesta del CIS así lo refleja por cuanto un 43,7 % lo señalan, parece que la cosa va por barrios. Es decir, si el que ha cometido la troplía es de nuestro barrio, lo vemos con cierta benevolencia, en cambio, si es de un barrio que no nos gusta pisar, la cosa se ve grave. 

No obstante, cuando la corrupción se nos aparece como algo grave y los que la cometen son de los nuestros lo que hacemos es abstenernos. Y debe de ser cierto porque ésta va in crescendo.
Según algunos estudios, si un alcalde es corrupto, pero se ha preocupado del bienestar de la población que dirige, se le perdona porque que venga otro sin mancha no garantiza que la población vaya a estar cuidada como la cuida el corrupto ¿penoso, no?
Si el partido político afectado niega los cargos, parece que también nos inclinamos a creer la versión mientras no se demuestre lo contrario. Tan penoso como lo anterior.
Así que con estos mimbres debemos tejer los cestos.  Confiemos en la cordura de la mayoría de ciudadanos y empecemos a desalojar de las instituciones a los corruptos, sean de donde sean.

(Los datos están extraídos de un artículo de Héctor G. Barnés en EL CONFIDENCIAL)
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS


martes, 14 de julio de 2015

PROMESAS INCUMPLIDAS Y EXIGENCIAS DESBORDADAS


Sí, como os podéis imaginar, hablamos de Grecia. La buena voluntad de Syriza y su líder, Alexis Tsipras, no ha sido suficiente para cumplir las promesas electorales hechas al calor del deseo, pero lejanas a la realidad.
Sin querer hacer ningún paralelismo, porque nada hay en común con las dos situaciones, Mariano Rajoy prometió acabar con el paro (recuerden la foto a la puerta de la oficina del INEM), reducir los impuestos, no subir el IVA, proteger la sanidad y la escuela pública, etc y la mayoría de los españoles confió en esas promesas electorales que se han visto totalmente defraudadas con el paso del tiempo. 

El primer ministro griego, consciente de la situación de su país, hizo promesas basadas en el anhelo de un pueblo maltratado, pero muy lejanas a la realidad. Confundir el deseo con la realidad no es buena práctica en política.
Hacer una quita sobre la deuda griega nos hubiera parecido una medida acertada, pero evidentemente con el compromiso de llevar a cabo una serie de medidas que situaran al país heleno en la órbita de los europeos que conformamos la unión. Dicho así parece un cometido fácil, como fácil ha parecido recordar que Grecia y otros países, entre ellos el nuestro, perdonó la deuda a Alemania, una vez acabada la segunda guerra mundial, para permitir su recuperación. Perdonar o condonar parte de la deuda hubiera estado bien. Pedir a Grecia que eleve las exigencias impositivas también está bien. Pedirle al pueblo griego que se ponga el día después de lustros de despropósitos en un santiamén parece y es  imposible.
Las promesas de Tsipras no se han incumplido, pero las exigencias sobrepasan lo que el pueblo griego puede hacer.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

domingo, 14 de junio de 2015

SIN CAPACIDAD DE SUMA, SE PIERDE

En buena lógica, aquel partido que gana las elecciones debiera gobernar, pero si se gana de manera insuficiente, es decir, si no consigues reunir los votos para ser investido alcalde, otros tienen el derecho y la obligación de hacerlo.
Este ha sido el caso del Partido Popular de Castelldefels, obtuvo ocho de los veinticinco concejales, pero no fue capaz de convencer para que le votaran los trece que necesitaba y acceder a la alcaldía.
En cambio, los partidos de izquierda, aun siendo varios, sí que lograron aunar voluntades con el fin de formar un gobierno de progreso. Es decir, frente a los 6.499 votos que representa el PP, la candidatura ganadora a la alcaldía aglutinaba el voto de 14.315 ciudadanos, que es lo que representan los partidos que votaron a la nueva alcaldesa. Así es el sistema democrático, aquí y en múltiples países del mundo. Organizar algaradas en la calle es legítimo, pero no impide el cumplimiento de la voluntad de la mayoría.
Un gobierno en minoría, como el que supondría el de ocho sobre veinticinco, no haría más que hacer zozobrar la gestión del ayuntamiento. Si en el pasado mandato, en el que sumaban mayoría también con una coalición de cuatro partidos (PP, Convergencia, Unió i AVVIC), hubo más de quince cambios de gobierno, con la consiguiente paralización de la gestión adobada con múltiples peleas, no es difícil imaginar que ese ayuntamiento presidio por el PP estaba abocado al fracaso.
Deseamos a los nuevos responsables del gobierno municipal toda clase de aciertos y unidad de gestión para beneficio de nuestra ciudad y damos la enhorabuena a la Alcaldesa electa, Candela López Tagliafico. Castelldefels lo espera.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS 



jueves, 14 de mayo de 2015

DIME, TE DIRÉ Y NOS DIREMOS

A mí, que entiendo las campañas electorales y que participo de ellas, me cansan todos los dimes diretes y te diré de las mismas.
Nuestro sistema democrático tiene buenos pilares, eso creo: el poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. En ellos nos basamos y en ellos debemos confiar, aunque hay veces que dudamos, no solo de uno de ellos, sino de todos.
Las personas con responsabilidad política se equivocan, pero también lo hacen las que tienen responsabilidad jurídica, porque ninguno de ellos posee la verdad. Cierto es que cuanto más concienzudos, más formados, más trabajadores y más honestos son los miembros de los tres poderes, mejores garantías democráticas tenemos.

Así, uno puede creer que un/una  político/ca se equivoca, humano es, pero siempre que pensemos que lo hace de buena fe estamos dispuestos a aceptar los errores. Otra cosa es que un político o un juez no sean personas dedicas al oficio con sentido del servicio a la comunidad o con sentido del trabajo, cuanto menos con desvergonzonería o corrupción. En una sociedad plural todo cabe: el error, el poco atino, todo menos la corrupción o el trabajo ineficaz. En eso se basa nuestra democracia, en personas que se toman su labor en serio, trabajan, se esfuerzan y ofrecen lo mejor de si mismos a la sociedad. En eso confiamos. En eso debemos seguir confiando. No hagamos caso a esos cantos derrotistas que nos dicen que el mundo está lleno de corruptos, la mayoría son personas que se esfuerzan. Agradezcámoslo votando.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

viernes, 13 de marzo de 2015

COMO AGUA ENTRE LOS DEDOS

Agustín Marina Pérez. Lalibela (Etiopía)
Él, optimista por naturaleza, pertinaz en sus objetivos, incansable luchador del bien común, fraternal en el trato, amante de su familia y los amigos, consciente del pedregoso sendero que debía recorrer,  se empeñó en demostrar a todos de que la tarea iba a ser fácil.
Echó mano de los mejores recursos teatrales, aunque no era ducho en tales menesteres, para sonreír y convencer de que aquello no iba con él. Tanto llegó a esforzarse que casi indujo a creer a los que lo acompañaban de que lo lograría si no cejaba en el empeño, que lo alejaría en la distancia y el tiempo. Dedicó sus mejores esfuerzos a conseguirlo.
Pero no lo consiguió, a pesar del esmero y cariño que todos los profesionales pusieron cada día, en cada instante, hasta las últimas horas. A pesar de no conseguirlo, a pesar de que la vida se le iba como agua entre los dedos, conservó hasta el último instante un gesto y una sonrisa para los suyos.
Siempre nos quedará su esfuerzo por hacer mejor la vida de los demás. Siempre nos quedará su sonrisa.

P.S.

El duro y difícil trabajo del personal de la sanidad pública en situaciones extremas es digno de agradecimiento infinito.

Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

viernes, 27 de febrero de 2015

¡GRACIAS POR TODO, AGUSTIN! Artículo de María Miranda, candidata a la Alcaldía de Castelldefels por el PSC

Agustín Marina Pérez

Sin duda la mañana del lunes 16 de febrero será una fecha difícil de olvidar. Es el día en que nos dejó el político, compañero, referente pero, sobre todo, amigo, Agustín Marina. Con 71 años de edad falleció víctima de una enfermedad que no impidió que, hasta el último día, se mostrara tal y como era: una persona sencilla y cercana.
Desde que naciera en Asturias en el año 1943, ya demostró que sería una persona convencida de sus ideas. Para muestra un botón: fiel a su ideología, se vio obligado a exiliarse a Bruselas, donde la fidelidad a sus principios le hizo pasar por la cárcel. Pero eso ni mucho menos le frenó. Decidido a volver a su país de origen, desembarcó en Castelldefels, sintiendo un amor a primera vista que ya jamás se rompería. Protagonista principal desde que pisó el municipio, la historia siempre recordará que fue uno de los fundadores del Partido Socialista de Castelldefels.
Cuando dentro de unos años las generaciones venideras echen la vista atrás, verán que Agustín Marina fue, en 1979, el primer alcalde que la democracia trajo a Castelldefels… ¡y fue el capitán del barco durante 23 años! Hoy nos parece normal disfrutar de los servicios que tenemos en la ciudad, pero nada de esto sería posible sin el esfuerzo de Marina. Hasta que anunció su marcha en mayo de 2002, su preocupación diaria pasaba por dotar al pueblo de equipamientos, servicios, urbanizar calles, crear escuelas, hacer que la luz y el agua llegara a los barrios privados de servicios básicos,… o cómo olvidar su incesable lucha para que el Canal Olímpico y la Universitat Politècnica de Catalunya se instalaran en Castelldefels. Marina, en definitiva, empezó siendo alcalde de un pueblo, y dejó el cargo siendo el alcalde de una ciudad. Somos muchos los que hemos tenido el privilegio de conocerlo y admirarlo como persona. Siempre pendiente de su familia, nunca le faltó un gesto para sus incontables amistades. Era una persona cordial y afable, apasionado del trato con la gente antes, durante y después de su mandato. Siguió con su rutina diaria hasta que se lo permitió su enfermedad. Muchos le habréis visto, una vez jubilado, pasear como lo que era: un vecino más de Castelldefels, recorriendo las calles del municipio, frecuentando bares de referencia, como el Bonilla, en la calle Iglesia, o disfrutando de otra de sus grandes pasiones:devorar un buen libro. Para el Grupo Municipal Socialista, y para todos los allegados que tuvimos la posibilidad de conocerlo y apreciarlo, ha sido una gran pérdida. Enviamos nuestras condolencias a toda la familia socialista de Castelldefels, en especial a su mujer e hijos. ¡Gracias por todo, amigo Agustín!
Maria Miranda
Publicado en LA VOZ DE CASTELLDEFELS