Persistir en la conducción del tren cuando sabes que viene otro en
dirección contraria por la misma vía es de suicidas y en esas parece que
estamos.
Mas se empeña en no aminorar la marcha y en seguir accionando el
acelerador y Rajoy utiliza la misma estrategia. Uno a punto de autoproclamarse
mártir de la causa con fiesta callejera incluida y el otro que continúa sin
sacarse los tapones de los oídos para no
escuchar el avance del tren en sentido contrario, los pitidos del tren que viene de frente.
En ese juego de choque de trenes estamos metidos los ciudadanos,
unos queriendo y otros sin querer. Mientras este sinsentido se produce, algunos
amigos, incluso familiares, han dejado de hablarse y otros, para no provocar la
ruptura, sencillamente ni se ven.
Un 48-52 no da juego suficiente como para que se imponga a los
unos los criterios de los otros. Se necesita más cordura que eso. Discutir con
los del bando contrario que si has ganado o has dejado de ganar tampoco.
Debería de imponerse la cordura de la que hace tiempo carecemos,
echar el freno a ambos trenes y sentarse a dialogar sobre qué es más
conveniente para el conjunto de la ciudadanía, entre otras cosas porque aquí,
los de a pie, notamos un total desgobierno en materia de sanidad, educación y
tantas y tantas otras cosas que han quedado sepultadas bajo el ruido
ensordecedor de los trenes a toda máquina.
Apéense Mas y Rajoy de sus trenes o cambiemos a los maquinistas.
No hay otra.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS