Fèlix Millet y Jordi Montull eran hasta hace poco dos honorables ciudadanos dedicados en cuerpo y alma a la cultura, en concreto a la del Palau de la Música y su Fundación Orfeó català-Palau de la música. Horroriza averiguar que estos dos señores y la hija de uno de ellos han estado haciendo y deshaciendo negocios propios con el dinero de los demás. Hay gravedad en todo este asunto y es de escándalo que mientras se pedía a los componentes del Orfeó austeridad, ellos despilfarraban y se beneficiaban del despilfarro.
Si grave es su gestión, no menos grave es que parte del dinero de la Fundació haya ido a parar a manos de partidos políticos, en concreto al extinto PI de Àngel Colom y Convergència Democràtica. Oigo al dirigente Puig decir que es sabido que ellos difunden aquí, allá y acullá la cultura catalana y que sus cuentas están libres de polvo y paja ¡Menuda desfachatez! ¿Nos toma por lerdos?
Lo más triste de todo este asunto es que aquellos que suponíamos guardines de las esencias se hayan quedado con el frasco, repartiendo unas gotas entre algunos que creen ser los salvadores de la patria.