Los estudiantes
universitarios con beca llevan varios días protestando porque el dinero
concedido en las mismas no llega a sus manos. El ministro Wert, el peor
valorado del Gobierno de Mariano Rajoy, con una puntuación de 1,76, y bajando,
debe de creer que los estudiantes necesitan la beca para irse de juerga. No
podemos entender de otra manera que, a punto de finalizar el curso, se les
tenga a expensas de no sabemos qué recursos.
He oído a un
estudiante de cuarto quejarse amargamente porque después de llegar casi al
final, quizás se vea abocado a abandonar los estudios, y su amarga reflexión
acababa con un “si lo llego a saber, no me hubiera planteado perder cuatro años
para no poder llegar al final”.
Unamos a esta
situación la sangría de jóvenes bien formados que abandonan cada día nuestro
país por falta de oportunidades. Una pérdida de cerebros que no puede sino
empobrecer la cultura y la economía de los habitantes que aquí permanecemos.
Otra cuestión, no
menor, es la situación de científicos y estudiosos de múltiples áreas que han
visto como los presupuestos de investigación disminuyen continuamente, muchos
de ellos llegando a desaparecer. Otro empobrecimiento imperdonable.
Así la situación,
bajamos cada vez a mayor velocidad el terraplén al que nos ha conducido un
gobierno que no prevee ese futuro incierto y paupérrimo y nos lleva al bucle
sin salida que supone tener un país en el que cada vez es menor el número de
personas formadas y el de las que se dedican a la investigación. Ese bucle que
impedirá el crecimiento de la economía con proyectos e ideas de emprendedores
que refloten la tan maltrecha economía.
Escrito para La voz de Castelldefels