La cadena SER ha despedido recientemente a un par de sus
colaboradores, uno de ellos llevaba dieciocho años en una de sus tertulias.
Toda empresa de comunicación está en su perfecto derecho de contratar a las
personas que considera idóneas y de despedir de igual modo a quien no
representa sus intereses. Sobre esta cuestión no tenemos nada que objetar. Otra
cuestión es que la izquierda se está quedando sin medios que ejerzan el
equilibrio necesario en la opinión pública.
Es alarmante que los cuatro diarios más leídos de este país
titulen de igual manera sus cabeceras ante la pérdida de la votación de Mariano
Rajoy como candidato a Presidente y culpen a Sánchez por ello. Es del todo
extraño en el mundo de la política que la cabecera de los diarios la ocupe el
primer partido de la oposición y no el candidato que pierde la votación. Este
es solo un ejemplo del desequilibrio mediático que padece el país.
Como
comentaba Manuel Rico en un artículo publicado tras su despido de la cadena
radiofónica “la situación mediática es la siguiente:
en un lado están las principales cadenas públicas y privadas de televisión,
casi todas las radios, el 90% de los periódicos nacionales y provinciales y un
sinfín de medios nativos digitales, desde los que están bien hechos hasta los
que son bazofia empaquetada en formato de periódico. Y en el otro lado hay
cuatro programas de tele en La Sexta y Cuatro, tres de radio y un puñado de
medios digitales, la mayoría de ellos pequeños y con serias dificultades para
alcanzar el equilibrio financiero”.
Este panorama deja sin voz a la
izquierda y, sin duda, repercute en las opiniones que la ciudadanía recibe, e
inclina la balanza hacia la derecha que es quien copa los medios de
comunicación. La situación no es buena para el país porque todo aquello que no
puede ser criticado o valorado desde un punto de vista diferente tiende a
corromperse o convertirse en impune.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS