Las elecciones en Catalunya siempre se han destacado por una baja participación. Nunca he entendido este fenómeno. Si ponemos el oído atento en cualquier grupo de personas que comparten aperitivo o café, en muchos casos nos encontramos con que están hablando de lo que sucede en el país, alabando o criticando la gestión del gobierno, sea el de Catalunya o el de España. Somos un país compuesto de personas a las que les gusta opinar y criticar y eso es bueno, muy bueno, porque de lo contrario nos haríamos un flaco favor. Sin interés y crítica no se avanza. Así que si nos aprestamos a dialogar sobre los asuntos públicos, deberíamos hacer lo mismo a la hora de ejercer o no el derecho al voto.
Decidir en la urna quién y cómo se gestiona nuestro dinero, a qué asuntos se les da prioridad, si nos preocupa la sanidad pública, la escuela pública, los servicios públicos en general. Esa sería una buena manera de que nuestra opinión contara. Y para decidir la opción más correcta miremos las propuestas que lo definen con claridad, porque las hay que se escoran hacia lo privado.
Si repasamos las inversiones realizadas de los últimos años, también veremos la diferencia entre una gestión y otra en construcción d’escoles bressol, de hospitales, de escuelas públicas, de comisarías de mossos d’esquadra y un largo etc., en la que nuestra ciudad, Castelldefels, es un claro ejemplo de las mismas. Por lo tanto, una palpable realidad que demuestra que hay diferentes maneras de gobernar.
No es lo mismo A que B o C, por más que algunos se empeñen en decir que las diferencias entre los partidos no existen. Así que, para no dejar el asunto en manos de los demás, sería bueno que nos planteáramos si vale la pena ir o no a votar, y por supuesto, si es lo mismo votar a unos que a otros, a no ser, claro, que nos de lo mismo ocho que ochenta.
Escrito para La voz de Castelldefels
Desde luego que no es lo mismo ocho que ochenta, pero no me negaras que de un tiempo a esta parte, los políticos dejan mucho que desear, Ya sé que la coyuntura no es la mejor, y además se que los que pueden llegar son peores que los que hay, porque no son lo que yo llamaría políticos de una cierta credibilidad, que llevan a cabo lo que prometen y no se esconden de sus errores.
ResponderEliminarPor eso yo creo que se les debería castigar a todos votando en blanco, para que se dieran cuenta que estamos muchos hartos de que nos engañen,
Es otra opción. No?
Paco Lorente
Votar en blanco es una opción, pero sirve de muy poco, pero que muy poco.
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