viernes, 7 de enero de 2011

LA BANALIZACIÓN DE LA TV


No es una novedad que cada día aumentan en las cadenas televisivas los programas llamados populares. Tampoco lo es que en esos mismos programas se infiltran personajes cuya única cualidad es ser o haber sido pareja, esposo o esposa de otros individuos conocidos, y se sirven de ello para arrastrar sus miserias durante años por diferentes espacios y ¡consiguen vivir de ello!.
Aun no siendo novedoso, no deja de causarme perplejidad que tantos millones de televidentes sigan esos programas. Como también me deja perpleja el que se convierta a una de esas tertulianas en ¡PRINCESA DEL PUEBLO!. Y como tal se la siga, adore y aplauda.
Alguien llegó a decirme un día que si no veía esos programas no estaba en este mundo y no iba a saber de qué hablar con la gente. Esta afirmación me dejó los pelos de punta ¿No iba a ser nadie si no veía los programas de despelleje, cotilleo y violencia dialéctica? En aquel momento casi empecé a preocuparme, pero han pasado unos cuantos años de aquello y ¡SIGO VIVA Y SÉ DE QUÉ HABLAR!
Y por hablar, debo decir que me ha parecido tristísimo que CNN+ se haya convertido en el canal 24 horas de Gran Hermano. Pocos se han rasgado las vestiduras y a pocos parece importarles la frenética infantilización a que nos está abocando la banalización de la televisión. Eso sí, cada día sabemos más de los Antonios, las Belenes y otros príncipes y princesas del pueblo. ¡TODO SEA POR LA CULTURA POPULAR! Y yo que he estado confundida toda la vida y pensaba que la cultura popular era otra cosa. ¿Será verdad que no me entero de nada?
Escrito para La voz de Castelldefels

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