sábado, 13 de diciembre de 2014

EL IMPERIO DEL CONTRATO "LOW COST"

Los últimos datos conocidos en noviembre nos dicen que unos pocos, muy pocos, han encontrado trabajo en este que tradicionalmente es un mes malo. Nos congratulamos por ello. Junto a este dato positivo nos ofrecen otro que es desalentador: el 91’5 % de ellos son temporales. Desde el punto de vista de la persona que carece de trabajo es seguro que escucharemos que aunque sea temporal, bienvenido sea. Y es difícil no compartir la opinión, por más que sepamos que el empleo temporal tiene una repercusión directa en el que lo consigue: tener trabajo. Aún así, la economía se resiente porque el alto nivel de temporalidad impide que la gente planifique adquisiciones a largo plazo: comprar una vivienda, un vehículo y otras adquisiciones de mayor necesidad. Unida a esta precariedad laboral asistimos atónitos al cada vez más creciente contrato que consiste en que oficilamente trabajas y cotizas cuatro horas, cuando en realidad lo haces por ocho o más. Este tipo de contrato afecta al paro que percibirá el contratado en caso de ser despedido, afecta a sus cotizaciones para la jubilación y, por supuesto, a los ingresos en la caja de la que todos cobramos o cobraremos llegado el momento (o bien el paro o bien la jubilación) porque los ingresos disminuyen de manera considerable. Hace pocos días, los inspectores de trabajo se han quejado de que se les obliga a vigilar “las chapuzas” que esté haciendo el parado de turno para sobrevivir en lugar de estar atentos a esta estafa generalizada a todos los ciudadanos y ciudadanas de este país. ¿Con esta amalgama de contratos “low cost” nos podemos creer que la economía mejora? Responda usted mismo. No obstante, les deseamos felices fiestas a todos en espera que que más pronto que tarde sea cierto que mejoramos. Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS

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