Leí en El Magazine de La Vanguardia una entrevista a Graciano García, de profesión periodista y creador, hace treinta años, de los premios Príncipe de Asturias. El ahora director emérito vitalicio de la fundación que los concede rememora una conversación mantenida con el escritor, periodista y premio de Comunicación y Humanidades en el 2003 de la mencionada fundación, Ryszard Kapuscinski. Graciano García afirmaba que le dio una lección verdaderamente hermosa: “Para ser buen periodista hay que ser buena persona”. Decía no haber olvidado nunca esa afirmación que creía extensiva a cualquier otra profesión. “Para hacer algo grande hay que ser buena persona”, añadía.
Sé que a estas alturas está muy manido el asunto, pero me van a permitir que insista. Todo el que lo conoce, destaca de Vicente del Bosque su bonhomía y por ello ha hecho algo grande, como nos recordaba García. Lo hemos visto enfrentarse a la crítica después de perder el primer partido del mundial, afrontar en solitario toda la descarga correosa de las peores plumas y lenguas del periodismo “patrio” y casi con la misma cara y la misma afabilidad en el rostro, lo vimos en las imágenes de Madrid el día de la celebración de la victoria.
¿Es Vicente del Bosque sólo una buena persona? No. Es un hombre entregado al trabajo, educado, afable y competente. Ni siquiera, cuando lo echaron del Real Madrid después de ganar la liga salió de él una sola palabra negativa. Sin duda, ser buena persona lo ha llevado a conseguir algo grande, pero el trabajo con los jugadores ha añadido los ingredientes necesarios para triunfar. ¡Enhorabuena!
(Escrito para La voz de Castelldefels)