A principios de este mes el CIS ha hecho públicos los datos de la última encuesta realizada. Algunos de ellos tienen lógica, como que el de que 5 de cada 100 españoles han seguido con interés los hechos derivados del movimiento 15M y el 70% de los encuestados tenga una actitud positiva respecto de él. Hay otros, en cambio, que resultan sorprendentes: el 53.7 por ciento se manifiesta satisfecho con la democracia de nuestro país y, en cambio, 8 de cada 10 creen que la corrupción está extendida. ¿Significa este dato que nos conformamos con un país corrupto aunque lo creamos democrático?
El 20 % de los encuestados está parado, dato que se correspondería con el paro real, pero aunque el paro preocupa al 63.7 %, solo el 15.7 dice inquietarse por los problemas económicos. ¿Somos entonces solidarios con los parados, lo que sería del todo razonable, o el concepto paro ya es suficiente indicador de preocupación por la economía?
Es evidente que son preguntas desde la ignorancia, porque un buen analista de encuesta enseguida daría con la explicación correcta a estas cifras sorprendentes. No obstante, lo que cuenta al final es si uno llega correctamente a final de mes y si el gobierno cumple con las expectativas de una sociedad justa e igualitaria que toda democracia debiera proveer.
Escrito para La voz de Castelldefels.