A mí, que entiendo las campañas electorales y que participo de
ellas, me cansan todos los dimes diretes y te diré de las mismas.
Nuestro sistema democrático tiene buenos pilares, eso creo: el
poder legislativo, el ejecutivo y el judicial. En ellos nos basamos y en ellos
debemos confiar, aunque hay veces que dudamos, no solo de uno de ellos, sino de
todos.
Las personas con responsabilidad política se equivocan, pero
también lo hacen las que tienen responsabilidad jurídica, porque ninguno de
ellos posee la verdad. Cierto es que cuanto más concienzudos, más formados, más
trabajadores y más honestos son los miembros de los tres poderes, mejores
garantías democráticas tenemos.
Así, uno puede creer que un/una
político/ca se equivoca, humano es, pero siempre que pensemos que lo
hace de buena fe estamos dispuestos a aceptar los errores. Otra cosa es que un
político o un juez no sean personas dedicas al oficio con sentido del servicio
a la comunidad o con sentido del trabajo, cuanto menos con desvergonzonería o corrupción.
En una sociedad plural todo cabe: el error, el poco atino, todo menos la corrupción
o el trabajo ineficaz. En eso se basa nuestra democracia, en personas que se
toman su labor en serio, trabajan, se esfuerzan y ofrecen lo mejor de si mismos
a la sociedad. En eso confiamos. En eso debemos seguir confiando. No hagamos
caso a esos cantos derrotistas que nos dicen que el mundo está lleno de
corruptos, la mayoría son personas que se esfuerzan. Agradezcámoslo votando.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS