Eso es lo que interiorizan las niñas a partir de los seis años:
creen que los niños son más inteligentes y no solo eso, sino que se alejan de
actividades supuestamente para muy, muy inteligentes.
La revista Science publicó
hace poco un estudio liderado por Lian Bian, estudinte de doctorando de l
Universidad de Illinois y la profesora de psicología Andrei Cimpian. Estas dos
mujeres, tas sus estudios, han afirmado que el hecho no es solo un pasaje de la
infancia sino que perdura en la vida adulta de las mujeres. Tanto es así que
produce un alejamiento de las mujeres de las carreras y profesiones en las qye
se considera que hay que tener mayor capacidad intelectual para ejercerlas.
Sus conclusiones se basan en el estudio de niños y niñas de entre
5 y 7 años, edades en las que empiezan a notarse los estereotipos. A los cinco
años prácticamente no hay diferencia entre géneros, pero a los 6 y 7 años la
percepción cambia y las niñas asocian en mayor cuantía genialidad con niño.
Así que los estereotipos de género, esa estado que se niegan
algunos en reconocer, vienen desde la tierna infancia. En este sentido es de
agradecer, como iniciativa plausible, un programa de la Universidad de Deusto
en el que participan mujeres que desarrollan su campo de trabajo en el mundo de
la técnica en el que se trata de incentivar la inclinación de las niñas hacia
los estudios técnicos. Solo un 26,4 de los alumnos de estas carreras son
mujeres cuando en el mundo universitario las mujeres suponen 6 de cada 10
nuevos graduados.
En ese programa de Deusto participa l’Escola Jacint Verdaguer de
Castelldefels, así que felicitamos al centro por la iniciativa de acogerse a
dicho programa.
Esperemos que crezca el número de niñas que consideren que ser
brillante no es cuestión de género sino de capacidades.
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS
Escrito para LA VOZ DE CASTELLDEFELS
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